Gafas para todo el mundo
El Artium propone a sus visitas del 'puente' participar en una iniciativa solidaria con los problemas de visión
Más de mil millones de personas no lo ven claro. Y son muchos. Pero viven en países cuya situación de desarrollo hace que carezcan de una industria óptica y de especialistas en medir la capacidad visual. Por este motivo, entre otros, no disponen de las gafas que necesitan para poder mirar al mundo con los ojos bien abiertos.
Éste es el panorama en el que se enmarca la nueva iniciativa del centro-museo Artium para el próximo 'puente' festivo. Durante estas fechas, los visitantes que acudan a ver la muestra 'Yo y el otro. Retratos en la fotografía india contemporánea' podrán participar en un programa solidario, en colaboración con el Centro para la Visión en los Países en Desarrollo, de la Universidad de Oxford, y con la corporación Mondragón.
El museo facilitará al público la oportunidad de devolver miradas a la India, uno de los países en los que se aplican estos proyectos. A través de unas tarjetas, las visitas del Artium tendrán un vehículo para expresar sus experiencias en la exposición, ya sea mediante palabras, imágenes o dibujos. A cambio, recibirán unos exclusivos calendarios de pared para 2010. Y la satisfacción de apoyar una causa humanitaria.
Todo este material facilitado por los participantes se mostrará en la antesala del centro-museo. Posteriormente, formará parte de una agenda que el Artium editará de cara al próximo año y que se venderá en su tienda a partir del 23 de diciembre. Los recursos así obtenidos se destinarán al plan 'Gafas solidarias'.
Pero ¿en qué consiste? Pues la iniciativa mezcla la ciencia con las aplicaciones prácticas: al no existir más que un optometrista por cada millón de habitantes en muchos países en desarrollo, no hay quien tenga unas lentes graduadas. Y aquí es donde entra la inventiva de un científico como el físico nuclear Josh Silver. Ya a mediados en los años ochenta, el científico de Oxford comenzó a trabajar «con un tipo de lente parecido al de las gafas». Hoy hay unos 33.000 pares de estos anteojos, en más de 15 países.
Una doble inyección
Este modelo comenzó a producirse en 2004, y en su caja lleva un pequeño panel con signos -del tipo que puede verse en las ópticas-, un paño y una funda de tela. La montura incorpora dos lentes redondas, que «no son convencionales. Incluyen una especie de cámara con finas cubiertas de plástico».
En las patillas, hay sendas jeringuillas con las que el usuario bombea un fluido transparente hasta que ajusta su visión. Luego, sella la cámara al apretar dos tornillos y retira las bombas de líquido. «Un 80% de la gente puede ajustar las gafas», que sirven para la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.
Fuente: El Correo digital
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| Non-profits & Activism | Upload TimePublished on 23 Dec 2009 |
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